Cientos de investigaciones nos han demostrado el gran impacto que tiene la intensidad, la temperatura y el color de la luz en el estado anímico y las emociones humanas, y es que, quien tiene el poder de controlar la luz en todas sus características, tendrá el poder de controlar las emociones.

La neurociencia señala que la intensidad, temperatura y color son capaces de modelar nuestra percepción del mundo. Desde ExpoSiner queremos explicaros esa conexión entre luz y emoción.

La intensidad
Si queremos darle mayor emoción a algo positivo, subamos la intensidad; Que nos encontramos en una situación negativa y queremos disminuir esa sensación, o queremos bajar la energía de la sala, bajamos la intensidad.

La temperatura
Este segundo factor es también muy importante y está relacionado directamente con la siguiente clasificación:

  • Cálida (2600k a 3400k): Genera armonía, calidez y relajación;
  • Fría (3600k a 4900k): Provoca actividad y estímulo;
  • Luz día (5000k a 7000k): Crea sensación de frescura e higiene.

El color
Por último, en cuanto al color, podemos hacer la siguiente distinción:

  • Rojo: Pasión y fuerza;
  • Verde: Serenidad;
  • Azul: Confianza y bienestar;
  • Naranja: Diversión;
  • Violeta: Ayuda a la concentración;
  • Rosa: Ternura.

En definitiva, es importante reflexionar a la hora de iluminar un espacio, ya que, a la larga, tendrá un impacto emocional en todos los que lo habitan.